Hace mucho tiempo atrás cuando coleccionaba mangas, uno de los títulos que vi fue Eat-Man de Akihito Yoshitomi el cual nunca tuve oportunidad de ver. Hace un tiempo atrás vi que existía una adaptación en anime, si bien ya sobre aviso de que no era una adaptación fiel al manga y se tomaba muchas libertades. Tantas que parece ser que enfadó incluso a los propios fans del manga. El anime bajo dirección de Koichi Mashino a cargo del Studio DEEEN hizo una serie de 12 episodios emitidos por TV Tokyo a principios de 1997. Nos llegó a España doblado gracias Selecta Visión. Y ciertamente, este es el perfecto ejemplo de anime que jamás recomendaré.
Eat-Man es una serie de historias cortas acerca de un “explorador” (un tipo de mercenario) llamado Bolt Crank, quien tiene la capacidad de comer cualquier cosa (de preferencia metales) y puede producir cualquier objeto en su mano de entre los que ha consumido.
Opinión personal
- Tal vez os pueda extrañar que haya puesto una sinopsis tan corta, pero no debería porque no existe trama a lo largo de sus 12 episodios. Todos son historias autoconclusivas y no existe una finalidad común en ninguno de ellos. De hecho nos veremos envueltos en paisajes futuristas completamente distintos los uno de los otros y sin apenas relación por no decir ninguna, ya que lo único que los unirá será el mismo protagonista: Bolt Crank. Un aventurero o explorador, un tipo de mercenario que no es un mercenario, asqueado de su propia existencia que busca la normalidad, resolviendo casos de quienes deciden contratar sus servicios. Su gran y especial habilidad consiste en digerir cualquier objeto, preferiblemente metálico, y volver a reproducirlo exactamente igual o directamente crear uno de nuevo con las materias absorbidas.
- Respecto al manga, se dice que hay cambios tan importantes como no mantener relación alguna con las historias que hay en el anime. Por no reflejar el carácter del protagonista, que aquí en el anime es mucho más extrovertido o expresa más sus emociones. Por ejemplo cuando pone esa cara de sonrisita tonta que no se ve en la otra serie más fiel al manga, Eat-Man ’98. Se añade que los episodios autoconclusivos no aportan información exacta de dónde proviene Bolt Crank o cuál es su significado en ese mundo, abre interrogantes sobre cómo es el mundo y el sentido de la nave que flota en la atmósfera. Todo resulta excesivamente abstracto, no hay nada concreto, y aunque a veces tiene algunas brillantes historias al ser autoconclusivas y terminar de manera abrupta las empobrece.
- El apartado visual es muy propio y emplea las técnicas de animación de los ’90 lo que para mi gusto le hace ganar puntos desde ese apartado, el doblaje no es malo, pero los pésimos diálogos la hacen deprimente hasta el punto de que habrá ocasiones en que nos aburriremos.
Conclusión
No la recomiendo, y menos todavía los fans del manga porque les resultará una patada en el estómago lo que hicieron con Eat-Man. No hay más que decir, señoría.