Por vez primera voy a reseñar un videojuego comercial en este blog, uno que por cierto comencé hace mucho tiempo pero que por motivos variados siempre acababa dejando aparcado para dedicarme a otros asuntos. Esta vez, tras la tormenta de verano, ya me tocaba ponerme con él para sacarlo al 100%… o tal vez debería 1000% tras ver sus mapas. Me refiero a Castlevania: Portrait of Ruin también conocido como Akumajō Dracula: Gallery of Labyrinth por tierras niponas, título que pertenece al catálogo de la Nintendo DS publicado en Europa allá por primavera del 2007. Y aun a pesar del tiempo que tiene, como buen seguidor de ésta saga de juegos de Konami desde que era un renacuajo, no se me podía resistir a pasar por mis manos.
La historia se desarrolla en el año 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Es una continuación del Castlevania: Bloodlines.Drácula está en estado latente , ocasión que aprovecha otro vampiro, Brauner y sus hijas gemelas, para redigir su poder hacia él mediante una red de cuadros mágicos y así evitar su resurreción, con la intención de sumir al mundo en el caos. Los héroes en esta ocasión son: Jonathan Morris, descendiente del clan Belmont y heredero del Vampire Killer, cuyo padre es John Morris (el de Bloodlines), y Charlotte Aulin, una descendiente del clan Belnades, quien puede realizar hechizos mágicos. Cuando ellos entran al castillo conocen a Vincent, un clérigo que vende todo tipo de armas e ítems, y quien les proveeera de éstos durante el juego. Y también se encuentran con un fantasma que se hace llamar «Wind», quien les asignará varias misiones, algunas de las cuales se necesitan cumplir para seguir avanzando.
Opinión personal
- En este nuevo episodio de la saga se introducen elementos realmente innovadores como son el uso de la conexión en red para intercambiar o negociar objetos, puntuaciones, etc. junto al revolucionari sistema de cambio de personaje en medio de la aventura o, incluso, a tenerlo como seguidor que lucha en combate de manera que podemos ser no solamente uno sino dos frente a los enemigos. No se reducirá simplemente a meros ataques, sino que además se podrán emplear las magias que corresponden a ambos en batalla o incluso realizar ataques combinados, algo fundamental para derrotar a los enemigos más poderosos que nos encontramos. Algunos como 1000 cuchillas o los 5 magníficos son bastante espectaculares a la vez que útiles para avanzar.
- El apartado sonoro, voces y ost, son de la línea de la calidad habitual a la que nos acostumbra Konami con esta saga, de hecho su banda sonora me pareció de una calidad tal que con sus temas pegadizos, entre ellos los de Richter o de Simon, a la hacen una de las mejores de la saga al igual que lo es Simphony of the Night. Existe un gran elenco de voces muy bien interpretadas, y algún truco para escuchar las voces en japonés en vez de la versión en inglés, que dota de realismo a ese entorno de plataformas 2D tan propio de toda una generación pasada que se ve revitalizada en la Nintendo DS.
- Quizás un pero sea no aprovechar más las funcionalidades de la Nintendo DS con la doble pantalla, algo más solicitado en la anterior entrega de Nintendo DS que además empleaba el stylo para acabar con los enemigos finales. En esta ocasión se pueden hacer algunas cosas como indicar con el stylo hacia dónde queremos que vaya nuestro compañero mientras usamos a nuestro otro personaje, algo bastante complejo de combinar. De hecho al final acabaremos poder dejar de usar a Charlotte para emplear como protagonista a Jonathan, eso sí usando a la hechicera como apoyo para magias o combinados.
- Este es el primer Castlevania que apuesta por una estética algo más alejada del viejo y tétrico estilo que da un aspecto rúnico para presentarse con un lavado de cara más nipón, más parecido a la estética juvenil que un manganime ofrecería. Si bien puede ser bueno para un público más joven o acostumbrado a esa estética, para alguien curtido en esta saga se hace algo un tanto raro. Aunque no deje de ser novedoso. Esto lo notaremos también en los diálogos mucho más fluídos y espontáneos con un tono desenfadado que no aparecía en anteriores entregas, además de una introducción animada al más puro estilo anime.
- Gráficamente hay algunas mejoras con respecto a Dawn of Sorrow donde controlábamos a la reencarnación de Dracula, ya que los escenarios se vuelven más vistosos, con más animación y mayor sensación de profundidad 3D aunque sean entornos 2D de plataformas.
- Existen algunos modos como el contrareloj o la posibilidad de jugar, un vez terminado el juego con el final bueno y no el malo, con Richter y Maria Renard, o jugar con las gemelas Stella y Loretta, la cantidad de quest, armas y magias ha conseguir lo hacen de gran longevidad y entretenimiento. Fue un placer conseguir la lanza de Alucard xD
- Esta entrega tiene un hueco importante en la cronología de la saga y supone un cambio de orientación con respecto a la mecánica habitual de juego que existía en las entregas para GBA y NDS, muy completo, una historia desarrollada y extras interesantes. Quizás haber aprovechado un modo multijugador con los dos personajes hubiera sido redondo para esta entrega.
- Hubiera estado bien aprovechar la pantalla superior, aunque a decir verdad… para jugar en un emulador es casi preferible que todo sea limitado a una pantalla si no queremos tenerlo reducido, ¿no?
Conclusión
Quienes les gusta esta saga, es un obligado. Aquellos que disfrutan de las plataformas, hallarán un grandísimo título con muchísimas horas de juego. Abstenerse los que no les gusten juegos de plataformas y acción o aquellos que bsucan un RPG puro y duro, porque aunque tiene muchos elementos de un action-rpg, realmente no se circunscribe totalmente en ese ámbito. Es un gran compra.